
Los vecinos requieren de más desinfección y no pueden asumir más coste
Avistando en el horizonte ya el año de pandemia en España, las acciones de limpieza en la comunidad de vecinos han cambiado sobremanera con el coronavirus. Y las empresas de mantenimiento han de saber adaptarse a las nuevas necesidades, para dar el mismo servicio, con el menor sobrecoste y extremando las precauciones.
Los equipos profesionales de limpieza, que atienden en grandes empresas más de 100 comunidades al día, han tenido que personalizar los planes de desinfección, cambiando la frecuencia de las diferentes acciones, los métodos, y sin una modificación de las condiciones de contratación.
Principalmente, la adaptación de los sistemas de limpieza en tiempos de coronavirus se basan en tres factores. Primero, actuar más sobre las zonas más transitadas y de contacto. Y sobre todo priorizar las áreas más requeridas. Si un pasillo o pulsador, por ejemplo, se tocaban una vez a la semana; ahora han de limpiarse a diario. Si un cuartillo o zona menos transitada se trabajaban una vez a la semana, quizás ahora queden relegados a una quincena por darle prioridad a dichas zonas de paso y contacto.

En segundo lugar, cuidando los materiales, donde ha ganado enteros la lejía para una correcta limpieza y desinfección. Los productos más tradicionales, siempre de marcas y preparados de calidad, han de anteponerse ante fórmulas mágicas que puedan parecer milagrosas pero son poco eficaces. «Ahora se agradece el olor a lejía», dicen los vecinos; al saber que su comunidad está en buenas manos.
Materiales de limpieza, pero también actitud profesional
En el apartado de materiales también se ve afectado el modus operandi de los trabajadores, en este ámbito, limpiadoras y mantenedores principalmente; que han tenido que adaptar un trabajo tan físico y sacrificado a las mascarillas, guantes, equipos de protección y demás elementos de seguridad. Seguridad que también se tiene muy en cuenta con los protocolos de distancia con los vecinos y cuidando al más mínimo detalle zonas tan delicadas como garajes, piscinas y ascensores.
Los ascensores requieren de un cuidado especial, al tener mucho uso, gran tránsito y poca o nula ventilación. Igual pasa con las piscinas, donde se han realizado planes especiales de desinfección diaria, en varias fases de cada jornada, para las zonas más utilizadas por los vecinos en verano. Y también en los garajes, donde se lleva a cabo una desinfección a presión una vez acabada la limpieza.
Y por último, en este tercer lugar, remarcar la cuestión de la actitud. Adaptar un plan de limpieza a cada comunidad en tiempos de coronavirus, cambiar los métodos por realizar un trabajo físico en pandemia; y lograr grandes resultados, tanto en las propias comunidades, como en la nula tasa de contagio es de elogiar. Y todo, logrando un difícil equilibrio con la satisfacción del cliente, el cumplimiento de los contratos y no aumentar los costes para los vecinos.